sábado, 10 de octubre de 2009

Mi confrontación con la docencia

Mi profesión es Licenciada en Biología. Inicie a ser maestra un 01 de septiembre del 2003; ese día es inolvidable para mi, pues vi el anuncio en el periódico y decidí ir. Déjenme les cuento que me perdí en el camino, y que llego tarde a mi primera entrevista de trabajo, pues cuando yo llegaba al colegio la directora estaba a punto de irse. Llegue y le enseñe mi currículo y ella admirada dijo: “Una chica bióloga y titulada” y enseguida fui contratada. Posteriormente, fui a un curso de capacitación e inicie con las clases.
Yo ya tenía una ligera idea, desde antes, de ser maestra, ya que me gustaba enseñarle a mis compañeros de la carrera lo aprendido durante las clases, es más a veces me lo agradecían con una torta y un refresco. Y yo la verdad, si no me daban nada, con un gracias me era suficiente, así que inicie las averiguaciones para ser maestra cuando vi esta oportunidad. Por lo tanto, es mi primer trabajo y casi el único, ya que solo por un tiempo ayude en el laboratorio de otra escuela.
Me siento muy satisfecha como profesora, pienso que en México tenemos grandes avances en la educación y que hay gente con mucho interés en seguirlo haciendo, y que a pesar que es un gran reto cotidiano, mi perseverancia por alcanzar la meta de una calidad en educación todavía es un poco lejana, pero no me desanimo.
El ser docente en educación media superior ha significado, primero una satisfacción plena como persona; pues regreso a mi pasado y sé que he avanzado significativamente.
A parte, el prepararme y actualizarme en esta área me ha traído grandes satisfacciones, como el ver que mis exalumnos regresan al colegio a darme las gracias o a pedirme una asesoría. Y de ahí se originan mis motivos de satisfacción, pues al ver que mis alumnos son estudiantes comprometidos con la materia, el que lleven los conocimientos que les enseño dentro del aula a su vida cotidiana, los premios y reconocimientos obtenidos a lo largo de mi trabajo, el que los padres de familia me reconozcan por lo que llegan a platicarles sus hijos (no de mí, sino de lo que aprendieron dentro del aula), etc., hacen que cada día me sienta más comprometida y responsable de enseñar con “el corazón en la mano”.
Los motivos de insatisfacción son pocos realmente, se basan en la deserción del alumnado, en la falta de terminación de una carrera de parte del alumno, en la impotencia por salvar a un alumno de los factores familiares, económicos, etc.
Pero si se continúa con esta lucha, sé que tendremos grandes recompensas como hasta ahora.
Gracias por leer mi opinión y que tengan un bonito día.

4 comentarios:

  1. Alma
    ¿hay en su plantel algún maestro que no quiera capacitarse?, Si es así, ¿cuáles son sus motivos?

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  2. Pues de hecho solo somos 3 que estamos capacitandonos en la especialidad, los demás yo creo que tienen miedo al cambio, aparte de que tienen otras escuelas donde dan clases, etc.No los juzgo, yo dije las mismas excusas antes de decidirme a meterme a esta especialidad.
    Gracias por tus comentarios.

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  3. Alma
    Pasa en todas partes, mientras que no sean groseros y sus argumnetos sean válidos, pues ni modo.
    saludos

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  4. Hola Alma:
    Al igual que tú imparto clases del área de las ciencias naturales,y también siento que hay una gran satisfacción en el trabajo que hacemos todos los días y las recompensas no sean más que la satisfacción propia por dar tus conocimientos a quienes los necesitan.
    Saludos

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